El informalismo Prácticas pictóricas:
Dentro de esta tendencia, cada artista deja toda la libertad a lo imprevisto de las materias y a la aleatoriedad del gesto, rechazando el dibujo y el control, así como la concepción tradicional de la pintura y su desarrollo, que va de la idea a la obra terminada, es una obra abierta que el espectador puede leer libremente. La aventura pictórica es completamente nueva: en vez de ir de un significado para construir signos, el artista comienza por la fabricación de signos y da a continuación el sentido. La contribución de la música produjo el arte informal musical. Dentro de él se distinguen diferentes corrientes, como la abstracción lírica, la pintura matérica, la Nueva escuela de París, el tachismo, el espacialismo o el art brut. El crítico de arte francés Michel Tapié acuñó el término art autre (arte otro) en el libro homónimo, de 1952, sobre el arte abstracto no geométrico.
El Informalismo en España.
Mientras en Francia y en otros países de Europa se iniciaba la profunda transformación que en el terreno artístico conduciría al informalismo, en España, a mediados de la década de los cuarenta, se vivían circunstancias extraordinariamente precarias. Tras la guerra civil, el estado de deterioro en que se encontraban la mayor parte de centros dedicados a actividades culturales era el reflejo de la terrible situación a la que habían de enfrentarse intelectuales y artistas. En ese sentido, hay que subrayar la importancia de Cataluña, como pionera en lanzarse a la investigación de comportamientos y manifesta-ciones novedosos en el terreno del arte. El hecho de que Joan Miró, artista que desde inicios de la década de los años veinte había permanecido en París, volviera a Barcelona en 1942, hizo que los jóvenes pintores y escultores catalanes que conocían sus actividades dentro del Surrealismo, tomasen el arte mironiano como punto de arranque para sus propias experiencias. Así pues, no resulta extraño que al fundar el grupo Dau al Set, en 1948, sus componentes se hallaran claramente influidos por la obra de Miró.
Expresionismo Abstracto norteamericano.
Durante los años en que tuvo lugar la segunda guerra mundial, el arte de vanguardia en EE.UU. alcanzó su propia identidad. Los factores que contribuyeron a ello eran de índole muy diversa, pero el esencial fue, quizás, el deseo de los jóvenes artistas americanos de desvincularse de las influencias provenientes de Europa.
En 1929 se abrió en Nueva York el museo de Arte Moderno, bajo la dirección de Alfred J. Barr Jr. quien, a partir de ese momento, se interesó en dar a conocer no sólo los grandes representantes de las primeras vanguardias, sino también los últimos «ismos» del siglo pasado.
Al igual que ocurriera con el informalismo europeo, el arte expresionista abstracto norteamericano partió de las experiencias de Wassily Kandinsky.
EL ENFRIAMIENTO DE LA NUEVA ABSTRACCIÓN AMERICANA
A finales de los años cincuenta el Expresionismo abstracto había dejado de gritar y parecía agotado para muchos jóvenes artistas. Aparecieron otras tendencias que, a pesar de reaccionar contra los viejos héroes expresionistas, tenían mucha relación con ellos. Las obras de Barnett Newman y su mujer, Helen Frankenthaler, suponían un puente entre el Expresionismo abstracto y la abstracción pospictórica.
El Arte minimalista: Emplea formas elementales como cubos, pirámides o esferas que se repiten con ligeras variaciones y sin ninguna clase de adorno o interferencia exterior. El objeto sólo establece relación con el espacio que lo rodea y con la luz que incide sobre él. Se trata siempre de obras muy frescas, sencillas y de escaso contenido conceptual, que se caracterizan por el empleo de colores puros sobre superficies planas. El artista pinta a menudo con distintos tonos del mismo color, con sólo unos pocos puntos y líneas, prácticamente imperceptibles. También la escultura y el Arte seriado, particularmente el aguafuerte, son técnicas muy utilizadas por los autores minimalistas para conseguir el deseado efecto de orden y simplicidad.
El arte Cinético: Es una tendencia de la pintura, escultura, artesanía contemporáneas que hace referencia a aquellas obras creadas para producir la impresión o ilusión de movimiento. El término tiene su origen en la rama de la mecánica que investiga la relación entre el movimiento de los cuerpos y las fuerzas que actúan sobre ellos.
Se incluye también en el arte Cinético construcciones tridimensionales con movimiento mecánico y los móviles sin motor, como los de Alexander Calder
Hoy en día se conoce como arte cinético, aquellas obras que causan al espectador movimiento e inestabilidad, gracias a ilusiones ópticas, que cambian de aspecto según el punto desde el que son contempladas o por la luz que reciban.